Navidad: época para recordar la gracia de Dios


Tiempo de lectura: 5 minutos


Hoy quiero compartir el pasaje de la oveja perdida con el propósito de destacar la figura de el Buen Pastor. Este pasaje es narrado por Lucas, el compañero de muchos viajes del Apóstol Pablo el cual nos afirma una vez más La Gracia de Dios. “Os dijo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.” << Lucas 15: 1:7>>
En el inicio de la Parábola ya el Maestro se localiza en su justa perspectiva. Yo soy el Maestro y la misión ineludible es iniciar la búsqueda de la oveja perdida y siento un gozo inmenso cuando la encuentro. Yo estoy aquí porque Dios me ha enviado a buscar la oveja perdida. Es por eso que me gozo y quiero que se gocen conmigo. “Yo soy el Buen Pastor, mi vida doy por las ovejas.” Nosotros somos sus ovejas perdidas y nos ha encontrado; y nos lleva sobre sus hombros. “Yo soy El Salvador”. Somos hijos de Dios y Él siente complacencia. Él nos muestra su amor. Somos el objeto del Amado. “En esto consiste el amor. No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó primero y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. “<< 1 Juan 4:10 >>
Jesús enseñaba por medio de Parábolas acerca de su misión. El sabía desde la fundación del mundo, el plan de redención para la humanidad. Su ministerio realmente comienza leyendo las profecías de Isaías en la sinagoga judía.
“El Espíritu de Jehová el Señor es sobre mí, porque me ungió Jehová, me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos. << Lucas 4:18 >>
Hay tres porciones bíblicas que nos dan la certeza del propósito de Jesús para realizar su obra como el enviado del Padre. La primera: El sueño de José, desposado con María.” Y dará a luz y llamará su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” << Mateo 1:21 >>
sunset-50494_640La segunda: La presentación en el templo del Niño. (Las palabras de Simeón) “Ahora Señor, despide a tu siervo en paz, conforme a tu palabra. Porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has preparado en la presencia de todos los pueblos.” << Lucas 2:29-31 >>
La tercera: La experiencia personal de Juan el Bautista, quien tuvo el privilegio de bautizarlo “Y vino una voz del cielo que decía: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. << Lucas 3:22 >>
La autoridad de Jesús era evidente y el Evangelio de Lucas se encarga de que esto sea así. La narrativa de la oveja Perdida es única. El enseñaba en parábolas con autoridad del Altísimo. Era el Hijo de Dios.
En el preámbulo de la Parábola, Lucas nos presenta a los publicanos, cobradores de impuestos del Imperio a las provincias de La Palestinas. Los provincianos consideraban a los publicanos como usureros y ladrones de camisas blancas. También nos presenta a un grupo de personas que los describe sencillamente pecadores. Por otro lado los fariseos y escribas eran llamados; “los murmuradores” porque decían de Jesús: “Este a los pecadores recibe y con ellos come.” Ante este cuadro patético es que Jesús inicia el diálogo narrando la Parábola de la oveja perdida. Que dice:
“¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien oveja, si se pierde una de ella, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a la casa, reúne a sus vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja perdida. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justas que no necesitan de arrepentimiento. << Lucas 15: 4-7 >>.
El amor de Dios despierta la fe. “Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en Él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor; permanece en Dios, y Dios en él.” << 1 Juan 4:15-16>>.
Dios se preocupa en buscarnos y luego se goza y comparte el gozo con los amigos y hermanos. Él nunca nos desatiende. A veces somos nosotros que nos desatendemos. Pero su misericordia nos cubre nuevamente. ¡Qué dicha! Dios se goza en perdonar. Dios nos salva por amor a Su Nombre. << Salmo 106: 8 >>
Toda su vida fue una continua búsqueda de las ovejas descarriadas. A Zaqueo le dijo: “Hoy ha venido la salvación a tu casa; por cuanto el también es Hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar lo que se había perdido.” << Lucas 19:10 >>
Por eso descendió del cielo para llevar nuestras culpas y pecados en sus hombros hasta el Padre. (Un solo rebaño y un solo Pastor) Lo bueno de Su mensaje es que Dios no espera que seamos justos para amarnos con toda su pasión.
“Yo soy el buen pastor, el buen pastor su vida da por las ovejas. Por eso me ama el Padre porque pongo mi vida por las ovejas.”<< Juan 10:11>>
Sabemos que La Gracia es el más inmenso regalo de Dios, jamás merecido por nosotros. Esto quiere decir que somos justificados por la fe que Dios despertó en nosotros al morir y resucitar. Es el regalo de Dios al alcance de todos. Pablo, el Apóstol de los Gentiles, dice:
“Consumado.” No hay nada más que hacer. Ya Todo está hecho. Tus pecados y los míos, murieron en su muerte y bajando al sepulcro con el Hijo Dios, nos constituyó hijos adoptivos, por su Divina Gracia; y en su resurrección también recibimos nueva vida en Cristo.
¿Cómo termina la narración de la Parábola? “Os digo que no habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento. << Lucas 15: 7 >>
Hoy creo, en el milagro de Jesús, el Buen Pastor, que mis pecados llevó en su muerte y en su resurrección, me dio nueva vida y ahora soy creyente gozoso de su cruz redentora. Creo en el Padre amoroso, que despierta amores, para seguir amando. Creo en la fe, regalo de Dios.
ÉL es mi Pastor y en Su cruz me perdonó y me hizo hijo del Padre. Yo confío en Su Palabra. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano…<<Juan 10:27-29>>

0 comentarios:

Publicar un comentario